La historia oculta de la Navidad

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La Fascinante Historia de los Mesías Solares: Del Antiguo Egipto al Cristianismo

Desde hace miles de años, el ser humano ha mirado al cielo buscando respuestas. La religión egipcia, datada en torno al 3000 a.C., nos da pistas fascinantes sobre cómo las creencias han evolucionado a lo largo del tiempo, muchas de las cuales giran en torno a un protagonista estelar: el Sol.

Horus, el dios solar

Horus, una de las figuras centrales del panteón egipcio, simbolizaba la lucha constante entre el día y la noche. Su eterno rival era Set, el dios de la oscuridad. Cada amanecer, Horus vencía a Set y cruzaba el cielo triunfante. Pero al atardecer, Set recuperaba el control, enviando a Horus al inframundo, donde debía encontrar la salida para renacer al día siguiente. Este ciclo eterno de luz y oscuridad es uno de los temas más recurrentes en las religiones del mundo.

Pero Horus no es solo una figura mitológica; su biografía tiene sorprendentes similitudes con otras figuras religiosas:

  • Nació un 25 de diciembre de una diosa virgen, Isis-Meri, bajo el brillo de una estrella en el este.
  • Tres reyes acudieron a adorarle.
  • A los 12 años era un niño prodigio, y a los 30 fue bautizado por Anup en el río Nilo, marcando el inicio de su misión.
  • Tenía 12 discípulos, realizaba milagros como curar enfermos y caminar sobre el agua.
  • Fue traicionado, crucificado, enterrado y resucitó a los tres días.

¿Coincidencias? Otras figuras similares

Estas características no son exclusivas de Horus. Muchas culturas han contado historias similares, conectando lo divino con patrones universales:

  • Mithra (Persia, 1400 a.C.): Nacido de una virgen un 25 de diciembre, tuvo 12 discípulos y resucitó a los tres días.
  • Attis (Frigia, 1200 a.C.): Nacido de la virgen Nana, crucificado y resucitado tras tres días.
  • Krishna (India, 900 a.C.): Nacido de la virgen Devaki, señalado por la estrella del este, realizó milagros y resucitó.
  • Dionisio (Grecia, 500 a.C.): Nacido de una virgen, transformaba agua en vino, y fue llamado «Rey de reyes» antes de resucitar.

La repetición de estos atributos plantea una pregunta intrigante: ¿hay una conexión oculta entre estas historias o un mensaje esotérico que trasciende culturas?

El Sol como el gran protagonista

Para entender estas similitudes, debemos mirar al cielo. Desde tiempos inmemoriales, el Sol ha sido fuente de vida, calor y seguridad, inspirando mitos y rituales. Cuando el Sol se oculta, la oscuridad reina; pero cada amanecer es una victoria de la luz sobre la sombra.

Las estrellas también jugaron un papel crucial. Los antiguos agruparon estrellas en constelaciones, descubriendo que el Sol parecía atravesarlas en su recorrido anual. Así nació el zodíaco: 12 constelaciones que representan los 12 meses del año. Curiosamente, este número aparece también en las historias de los Mesías: 12 discípulos, reflejo de estas constelaciones.

La Navidad y las estrellas

La celebración cristiana de la Navidad está íntimamente ligada a la astronomía. El 24 de diciembre, la estrella Sirio se alinea con las tres estrellas del cinturón de Orión, conocidas como «Los Tres Reyes». Esta alineación apunta al punto del horizonte donde el Sol nacerá el 25 de diciembre, un grado más hacia el norte de donde lleva parado 3 días.

Virgo, la constelación de la Virgen, también tiene un papel destacado. Representada con una espiga de trigo, simboliza la cosecha y la fecundidad. De hecho, la palabra «Belén» significa «casa del pan», una conexión directa con Virgo. Su representación es en forma de M ligeramente modificada ♍ . La mayoría de madres de Mesías tienen nombres que comienzan por esta letra, destacando como ejemplo que la madre de Adonis se llama Myrra, la madre de Buda se llama Maya, y la madre de Jesús, María.

El Solsticio de Invierno: la muerte y resurrección del Sol

Durante el solsticio de invierno, el Sol parece detenerse durante tres días en su punto más bajo del cielo, bajo la constelación de la Cruz del Sur. El 25 de diciembre, comienza su ascenso, marcando su «resurrección» y el retorno de días más largos.

Esta conexión entre el Sol y los ciclos celestes podría explicar muchos símbolos religiosos, como la cruz (inspirada en la rueda zodiacal) o el concepto de resurrección.

¿Qué nos dice todo esto?

Estas historias podrían no ser solo mitos, sino un intento de transmitir enseñanzas esotéricas. Quizás, cuando se habla del «reino de los cielos», no se refiera a un paraíso celestial, sino a un mensaje para observar el cielo y comprender los secretos del universo y de nosotros mismos.

El verdadero misterio podría estar más cerca de lo que pensamos: en las estrellas, en el Sol y en nuestra conexión con el cosmos.

Os deseo mis mejores bendiciones para estos días y lo más importante…
No te olvides de respirar ^^

2 comentarios en “La historia oculta de la Navidad”

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